Bimetal

Este producto, compuesto por una base de níquel y hierro con núcleo bimetálico, está diseñado para la soldadura y reparación de hierro fundido. Es ideal cuando se requieren depósitos de alta calidad y características mecánicas excelentes, junto con una estética superior. El alto contenido de níquel otorga al depósito una notable tenacidad. Además, es adecuado para unir hierro fundido con acero en varias aplicaciones. Las aplicaciones principales incluyen la reparación y mantenimiento de bases de máquinas herramienta, bloques de motor, restauración de defectos en piezas fundidas, bombas, cilindros y pistones. Para evitar grietas, es aconsejable realizar cordones de pequeño tamaño y martillar el depósito, el cual presenta una resistencia extraordinaria a la fisuración sin dejar de ser fácilmente mecanizable. Incluso en las operaciones de restauración, siga procedimientos similares para optimizar la calidad de la soldadura.

Electrodo con revestimiento básico-grafito con núcleo bimetálico en Fe-Ni.

La estructura depende de la composición química y de la velocidad de solidificación y posterior enfriamiento.

Particularmente adecuado para la soldadura en frío de todo tipo de hierro fundido, en particular hierro fundido esferoidal, blanco y negro y hierro fundido maleable, y para unir hierro fundido con acero.

Para preparar el área de soldadura, elimine la capa de fusión mediante técnicas como el maquinado, el esmerilado o el cincelado. Durante la reparación de los defectos de fundición, asegúrese de eliminar cualquier rastro de metal defectuoso del metal base. Es esencial eliminar grasa, aceite, suciedad u otros contaminantes utilizando disolventes apropiados. Si la pieza fundida está impregnada de sustancias oleosas, caliente el área afectada para facilitar la volatilización; generalmente, 400 °C son suficientes. En caso de contaminación intensa, calentar rápidamente y brevemente a unos 540 °C para evaporar la grasa. Aunque el precalentamiento no siempre es necesario, es comúnmente aplicado. Precaliente a una temperatura entre 200 °C y 350 °C y asegúrese de un enfriamiento gradual después de la soldadura. Mantener una temperatura de interpaso entre 350 °C y 450 °C es crucial para prevenir grietas. Para piezas fundidas de gran tamaño, las soldaduras intermitentes pueden mejorar la distribución térmica, manteniendo la pieza caliente al tacto pero evitando sobrecalentamientos excesivos.